De primera instancia, reconozco una vinculación estrecha entre el desarrollo de la estética y la filosofía de la historia. Luego de la lectura del apartado Relaciones entre el arte y la realidad doy cuenta clara de la situación irónica que vive el arte, siendo éste un algo objetivo pero realizado (y sólo así y no de otra manera) por un sujeto; entendiendo así que “el arte trae consigo un eco de la realidad” justificando así, como lo dice Baumgarten que denomina Estética, como una ciencia semejante a la lógica racional siendo ésta una “lógica de la representación sensible”[1].
Lo artístico, a lo largo de cada capítulo queda visto como algo que cobra existencia cuando se refleja en “el espíritu de un espectador”[2] Entonces, si es espíritu hay una vinculación interesante al pensamiento de Hegel como es presentado en Metahistoria pues, que más sino el espíritu para poetizar y dramatizar la historia.[3]
Otra idea que queda claramente planteada es que el artista es subjetivo con el uso de la imaginación como punto de partida para llegar a su fin determinado: creación; con un uso mínimo de “razón” (que no ignorancia) pero sin olvidar que el arte es un dejo de la realidad misma. Y el filósofo es objetivo con el uso de la “razón” como punto de partida para llegar a su fin determinado: conocimiento, la realidad misma.
Otro punto de relación con White es, que este autor ve en la poesía la historia vívida “devolviendo al mundo prosaico la conciencia de su idea intrínseca”[4] mientras que Ramos nos dice que la razón del pasado histórico se refleja en el “sentido artístico”[5] de los literatos del siglo XIX.
Así es como este autor se acerca a la danza y, afirmando lo que en 1979 sostuviera Óscar Olea “la danza, madre de la cultura”[6] Ramos nos dice que, la danza es la única manifestación artística que “producen en el espectador puro goce estético”[7] siendo esto el único sentimiento que la vida no da y a través de la danza se procura; así es como esta rama del arte se vincula estrechamente con la realidad pero, por un momento nos hace estar fuera de ella y disfrutar del sólo encanto de lo vivido y disfrutado visualmente. Cerrando así la idea: “Disfrazada de fantasía la danza rescata por un momento al hombre natural que yace enterrado bajo una espesa costra de civilización.”[8]
La historia entonces, se queda reflejada en el arte de cada sociedad a través de sus culturas cambiantes. La estética que reflexiona sobre los problemas de lo bello y el arte y, este último es el resultado de “la actividad espiritual del hombre” fenómeno cultural y no de la naturaleza; si es así, definitivamente no se puede hablar de una muerte del arte. Sólo son ajustes, cambios en los modos de creación vital. Los artistas seguirán contemplando la realidad para luego plasmarla llena de fantasía en un escenario, un cuadro, una melodía; todas estas impregnadas del mismo quehacer humano a lo largo del pasar del tiempo.
[1] Ramos, S. (1976). Filosofía de la vida artística. México, D. F.: Colección Austral pp.11
[2] Ibidem. pp.20
[3] White, H. (2002). Metahistoria. México, D. F.: FCE pp.92
[4] Ibidem. pp. 91
[5] Ramos, Ib. pp. 94
[6] Olea, O. (1979). Estructura del arte contemporáneo. M
[7] Ramos, Ib. pp. 130 (Entendiendo como goce estético, el alejarse de la realidad).
[8] Ramos, Ib. pp. 131