El tipo de transferencia que ocurre al hablar del movimiento del cuerpo traducido al movimiento del pensamiento, ocurre en el plano del ser ideal (όν) y la relación debemos considerarla especulativa e indirectamente ocurriendo en el ente (είναι) también: pues los movimientos del cuerpo, y el cuerpo mismo, son también la esencia del pensamiento. Esta suposición, verificable de muchas maneras, es el vínculo fáctico entre el filosofar sobre la danza y el practicar el bailar. Inevitablemente, veremos, el filosofar nos llevará a elaboraciones del ser ideal de la danza, que comprenderemos en el movimiento del pensamiento volcado sobre la danza. La idealidad de la danza, sin embargo, presentada expositivamente, debe tener efectos transformativos sobre el bailar y finalmente sobre el bailar como existencia que es el fundamento-en-devenir de la vida.